
Comienzo con este una serie de artículos respecto a los diferentes portales existentes en Internet (no indicaré todos) para realizar la compra online, los famosos «supermercados». También aprovecharé para analizar los procesos actuales de compra y las posibles mejoras, desde mi punto de vista. No entro a decidir qué plataforma tecnológica es la adecuada, me oriento más hacia el proceso.
Hace ya varios meses que Mercadona hizo pública su opinión acerca de su web y su supermercado. Y es que ni al mismísimo señor Juan Roig le gustaba….
El caso es que, a día de hoy, la cosa no ha cambiado en excexso, o por lo menos en la parte referente a supermercados online, como podéis observar en el siguiente enlace, el cual me llega a estremecer por su look and feel digno del año 2000 (o antes).
Supongo que mucha gente habrá realizado compras a través de los portales online existentes, ya sean Carrefour, Amazon prime now, Auchan / Simply o incluso Eroski. En todos ellos se cuida la experiencia de usuario desde el primer momento, tratando de mezclar incluso los hábitos de compra de sus clientes con los pedidos online, a fin de que uno «compre casi solo».
Pues bien, es ahí donde Mercadona no ha sabido adaptarse, y no ha sabido (aun) adaptar su tienda online, más bien propia de que algún becario (y no es porque no hagan un gran trabajo) hubiera preparado el entorno. Desde mi punto de vista es probable que al orientarse sobre todo a la compra física, donde el usuario toca el producto, hayan descuidado la compra online, y la vorágine consumista en la que estamos inmersos desde hace unos años les pasara por encima.
Plataformas como Amazon, de la cual me declaro absoluto fan por su gestión logística, han dado al comprador la posibilidad de recibir los productos en el mismo día, en su trabajo, en su casa, incluso en los Amazon Boxes. Ya no hay excusa para no comprar por Internet.
¿Cuál es el siguiente paso natural que los supermercados online podrían aprovechar, para mejorar la experiencia a sus clientes? Muy sencillo, acercando la compra aun más. No en el sentido físico de la palabra, sino acortando el proceso de compra, de forma que la elección de los productos pueda hacerse en base a las recetas y a la planificación de las mismas siguiendo criterios nutricionales adecuados. Por ejemplo, webs como ComeMejor permiten a los usuarios crear su propio plan de dietas, sabiendo en todo momento la cantidad de nutrientes que consumirán en el día, semana, o el horizonte temporal que quieran, y directamente generar un listado de los ingredientes necesarios para elaborar todas esas recetas. De esta forma, si se derivara hacia alguno de los portales de compra online existentes, el usuario no tendría la necesidad de estimar qué ingredientes requiere para preparar una u otra receta, sino que gracias a la explosión de necesidades que se produce en esta aplicación se pueden saber exactamente los productos requeridos y generar una orden de compra (siempre revisable por el cliente para que decida qué marca o producto prefiere, o qué rango de precios quiere manejar).
Si unimos además la ola creciente en el uso de algoritmos predictivos (inteligencia artificial) seríamos capaces incluso de saber, en base a las preferencias, objetivos y características de las personas, cuál es la mejor dieta planificable, con los productos de temporada o que se adapten a los gustos de los clientes.
Queda todo un abanico de mejoras en lo que a supermercados online se refiere. Tan solo se necesitan ideas frescas.
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